Cuando Dios llama y el corazón responde: el Sí de Elena Borreguero

Con inmensa alegría, el pasado domingo día 7, hemos celebrado en nuestra Congregación un acontecimiento lleno de significado y esperanza: la entrada de Elena Borreguero, antigua alumna de nuestro colegio de Talavera de la Reina, que ha decidido dar un paso importante en su vida y decir SÍ al Señor.
Elena ha sentido la llamada de Dios y ha respondido con valentía, entregando su vida para seguirle y para formar parte de nuestra Familia de Misioneras de la Providencia. Su sí no solo la transforma a ella, sino que ilumina también a todos los que hemos podido ser testigos de este momento tan especial.
Una celebración de gratitud
La Eucaristía celebrada en este día fue un verdadero canto de gratitud. Con el corazón lleno de gozo, reconocimos juntos que el Señor sigue actuando en medio de nosotros, sigue llamando, sigue tocando corazones y sigue susurrando con suavidad y firmeza: “Ven y sígueme”.
Cada vocación es un regalo inmenso, un signo de que Dios continúa caminando con su pueblo y sembrando semillas de esperanza en medio de la historia. La celebración de Elena nos recuerda que el Espíritu Santo no deja de obrar y que, en cada tiempo, se levantan nuevas respuestas al amor de Dios.
El sí libre y valiente de Elena Borreguero
La decisión de Elena es un acto de valentía y de confianza. En un mundo donde muchas veces se valora más la seguridad inmediata o el camino fácil, ella ha preferido escuchar la voz del Señor y dejarse guiar por su llamada. Su sí es signo de esperanza, no solo para nuestra Congregación, sino también para todos aquellos que buscan sentido y plenitud en sus vidas.
Con su respuesta libre, Elena muestra que todavía hoy es posible dejarlo todo por Cristo y elegir el camino de la entrega. Su ejemplo nos invita a creer que la llamada de Dios no es cosa del pasado, sino que sigue resonando con fuerza en el presente.
Acompañada en el camino
Elena no ha estado sola en este momento. Ha sido acompañada por su familia y por varias Hermanas de diferentes casas de la Congregación, que se unieron en la alegría de este día. Su presencia recordó que la vocación es siempre un don personal que florece dentro de una comunidad que anima, sostiene y comparte la fe.
El calor y la cercanía de los suyos son también reflejo de la Providencia de Dios, que nunca deja de acompañar a quienes responden a su llamada.
Elena Borreguero: Un motivo de esperanza
La entrada de Elena en nuestra Congregación es un motivo de esperanza que nos renueva a todos. Ella nos recuerda que el Señor sigue llamando y que la respuesta de cada joven puede abrir caminos de vida para muchos.
Pedimos al Señor que su vocación sea fecunda, que su entrega inspire a otros y que su testimonio anime a muchos jóvenes a abrir el corazón y descubrir la alegría de seguir a Cristo.
Nuestra oración y gratitud
Como familia de Misioneras de la Providencia, elevamos nuestra oración agradecida y confiada. Damos gracias a Dios por el don de la vocación de Elena y pedimos que la cuide, la fortalezca y la haga crecer cada día más en fidelidad y alegría.
Con su sí, Elena nos ha recordado que el amor de Dios sigue actuando en la historia y que cada vocación es una semilla destinada a dar fruto abundante.
Que el Señor la acompañe siempre en este camino, y que su entrega sea luz para muchos.